sábado, 27 de diciembre de 2014

Correr sobre y con la tierra


Hoy desperté con el sentimiento de vivir con frugalidad, concentrada en modelar el alma tanto como la fortaleza física; y mi visión fue clara, para lograr ese estado ideal solo es: correr sobre y con la tierra para siempre.  

VAMOS, VAMOS  A DES-EMPOLVARNOS SI SOLO PUEDE DAR 3 PASOS PUES A DARLOS

domingo, 21 de diciembre de 2014

Que asistencia, que apoyo, que ruta.


Que angustia desde que me enteré del cambio de ruta para la carrera Corre por los de La Calle.  Y hoy: que bendición que la cambiaron, la ruta anterior no es que no me gusta, pero como es una zona comercial, no tiene la vida de esta nueva; y es que una vez más compruebo que donde está “el otro“ la vida hace la diferencia, es la maravilla de sentir la solidaridad humana la que recarga la voluntad.  A ver si logro transmitirles mi sentir.  Unos minutos antes de las 7 a.m. estaba yo como siempre entre los primeros corredores esperando el banderazo de salida. Es mi estrategia para correr acompañada al menos 100 metros que es la distancia en que casi todos me pasan y me dejan pérdida.  Hoy no fue la excepción, sólo que unos metros antes de llegar a la calle principal que va hacia Rincón Grande de Pavas, me rodearon 4 motorizados pandilleros, con sus potentes motos y su típica indumentaria, me dije, bueno que me pasen y ya, pero no, se quedaron 2 atrás de mi y los otros se pusieron adelante, fue cuando pude ver a Jesus en sus jackets al tiempo que se hablaban y decían que casi no habían llegado a tiempo.  Serían mi escolta desde ese punto hasta mi regreso a la meta.  El apoyo, la compañía que me dieron fue de lujo, me custodiaron de los carros en los tramos de 3 carriles, detuvieron el tránsito en las esquinas no cubiertas por la organización, y hasta cuando me dio por hablar un rato me siguieron la conversación; demás hacer el comentario de que no se cómo lograron ir con sus potentes motos a mi pasito tum tum, pero así fue.  La gente de Rincón Grande de Pavas lindísima apoyando en la acera, en la puerta, en la ventana, los niños pidiendo permiso para echar agua con la manguera, D. Bernarda que para mostrarme su apoyo espero 20 minutos a que yo fuera al punto de retorno y pasara nuevamente por la esquina donde estaba ella con su perrito y el pan para el desayuno, “ve, la esperé porque sabía que lo lograría, ahora a ponerle para que termine“.  Una muchacha de la asistencia cuando paso el carro por ella, les dijo que no, que ella llegaba a pie a Pavas, que mejor se quedaba por si yo necesitaba algo, eso un ser humano lo agradece, pero la última corredora lo graba en su piel, lo manda directo a su voluntad y es el gesto que hace que una no desista por nada hasta llegar a la meta.  Que les puedo decir de los conductores de la zona, hasta el día de hoy, no había vivido la experiencia de que ni un solo conductor de carro estresado por el atraso que significa esperar a que pasen los corredores, acelere, gesticule o incluso lo haga a uno tirarse al borde del caño, hasta los choferes de bus tuvieron paciencia para que yo los rebasara cuando ya iban de salida en una parada en que estaban recogiendo pasajeros. Mil gracias como siempre a los corredores que me apoyan para que suba el paso y la barbilla (como contratados por mi profesor) al llegar a la meta, en particular esta que la meta estaba al final de una cuesta.   Así que: que gran acierto este cambio de ruta, en especial para la última corredora que de alguna manera tiene la oportunidad durante más tiempo de disfrutar y cargarse de la energía de esa hermosa comunidad que es Rincón Grande de Pavas.  VAMOS, VAMOS A DES-EMPOLVARNOS a decir presente a todos aquellos que están haciendo un esfuerzo extremo por salir de un tiempo oscuro en sus vidas.






Foto del facebook de runners club

Foto del facebook de runners club


Foto del facebook de pasión por correr

jueves, 18 de diciembre de 2014

Corre por los de la calle, tu ruta es su casa


Las carreras que elijo tienen un significado desde mi manera de ver el mundo; está última, cada año está como viva, pues siempre he dicho que donde hay un ser humano hay un lado oscuro, nadie es cien por ciento malo como creemos y ninguno es tan bueno como cree.  Por ello no importa cómo estamos en este momento, se nos puede ir un fusible de la cabeza y abandonarnos, dejarnos ir, y también todas y cada una estamos en capacidad de salir de cualquier hueco en que nos dejemos caer. Así cada diciembre quisiera ver esta carrera repleta de corredores, caminantes… que le dicen a las personas de la calle, aquí estamos presentes.

Por eso este domingo 21 de diciembre quiero invitarlos a -sin excusas- correr, caminar, levantarse más temprano, en fin dar 3 pasos por todos aquellos para quienes la calle es su hogar. VAMOS, VAMOS A DES-EMPOLVARNOS, A FORJAR LA VOLUNTAD.





CORRE POR LOS DE LA CALLE, TU RUTA ES SU CASA

sábado, 1 de noviembre de 2014

¿Inconveniente fondo en el Bajo La Hondura?

Cada fondo tiene su encanto, su bemol, su estilo propio.  Personalmente sufro en demasía cuando el trayecto es en carreteras de alto tránsito, los camiones pasan rápido, muy rápido y realmente duelen las particulas de polvo y concreto que lanzan a las piernas, qué decir cuando una se queda viendo de frente a un vehículo que no va a cambiar su trayectoria, nunca he entendido si es porque no calculan bien la distancia o simplemente porque consideran que la calle es de ellos y los de a pie deben jugársela cómo puedan.  En 3 ocasiones he tenido que tirarme a la calzada... pero bueno ese no es el caso hoy, podría comentarles de las fuertes pendientes en piedra, que no estaba húmeda, sino sobre la que todavía estaba corriendo agua de la montaña, un par de derrumbes de la naturaleza me dejaron ver que la montaña cedió a la cantidad de agua que ha caido en estos últimos días.  Correr en la montaña alejó varios dolores que me aquejan desde el minuto 47, el neuroma de mortón, el tobillo y, a cambio me regaló tener conciencia que debo trabajar más mi rodilla, pues esas pronunciadas bajadas me la pusieron grande y adolorida casi todo el trayecto, qué les digo de los resbalones en las piedras que me pusieron de frente al hasta hoy desaparecido nervio ciático..... ¡ah! y mi imaginación, cuando pasé por un hilo de agua, lleno de piedras, era un trillo angosto, la neblina densa y particularmente baja, con vegetación abundante de lianas y parásitas que había que quitar al paso para no chocar la cara con ella, no hubo manera en esos 500 mts que no recordara que las serpientes buscando las piedras, que toman agua y luego buscan un lugar limpio como para tomar el sol que puede ser entre las piedras o simplemente colgando de uno de aquellas lianas.  Así que fueron pasos medidos milímetro a milímetro, no podía creer ni entender, por qué estaba ahí sin anteojos, je je.  Pero bueno los inconvenientes de este fondo se dieron desde el principio y no fueron las cuestas, ni las piedras, ni la neblina, ni el agua sobre la cual había que correr... sino lo perfecto del entorno, los animales que recién se prestaban para salir a su día y volaban rápido al sentir cercano mi pasito tum tum, yo la verdad quería estar ahí con mi cámara y retratar a un hermoso macho cabrío blanco, enorme, que salía de entre la neblina y algo me decía, los más de 100 gansos de una granja, las vacas en un loma tranquilas como ellas solas y todas negras como una noche sin luna, un búfalo de agua que se echaba de ver que no tenía par... y todo todo rodeado de verde y cubierto de neblina (ya van a ver las fotos, parecen mal tomadas pero es la neblina en complicidad con la poca definición de mi super celular no inteligente).  Tengo que ser sincera, hoy casi, casi dejo mi fondo y me pongo a hacer turismo rural, pero al final lo logré: disfruté de una zona de Costa Rica espectacular y entrené.



Correr en la montaña no sólo disminuye la probabilidad de una tendinitis y fortalece la musculatura (tendones y ligamentos que rodean al músculo), sino que también establece un nuevo nivel de sincronía con aquello que nos rodea, con aquello de quizás el día a día invisibiliza, de lo que formamos parte indispensable, pues nada sobra y nada falta en el universo.  VAMOS, VAMOS A DES-EMPOLVARNOS.













miércoles, 24 de septiembre de 2014

No logro bajar, pero si incremento, incremento


 Yo dí mis primeros 3 pasos en la sala de mi casa el 20 agosto 2012
 y la vida me regaló celebrarlo el 20 de setiembre 2014 con mis primeros 21k

Son tantas las cosas que se viven cuando llega el día de enfrentar una prueba con una misma, que se vuelve un reto escoger una serie de acontecimientos que tengan coherencia entre si en un mismo relato.  Así que tengo la esperanza que aquellos que lean esta reseña entiendan que luego de un proceso largo, constante, duro, llegado el momento una almacena cada detalle, cada instante, cada gesto, cada olor, cada dolor, cada flaqueza, aún cuando algunos se centrarán en ¿cuánto tiempo hizo?, el corredor que va contra si mismo deja en su piel grabado mucho más que eso; llega un punto en que pese al esfuerzo intenso y casi inútil una quisiera que no se acabara, que el instante de la gloria de llegar se detuviera ahí un ratito, y no importa que el reloj siga corriendo, lo que es más, que vaya más rápido, porque ahí estoy yo con esa que casi nunca dejo salir, con esa que dice: “de esto estoy hecha“.

¿Va a intentar?
Ya con el paquete en la mano, fue normal que la gente de la zona dijera: ¡Va a correr, qué bien! Sólo que el paquete lo llevaba mi amiga Ana María, quien en las 4 ocasiones respondió: “YO NO, ella, yo solo vengo de apoyo“ (en el tanto me señalaba).  La gente me veía de arriba abajo, y con un tono educado y sin la euforia inicial me decían: “¿va a intentar los 5k?“…..¡!!!!

¡Increíble! la traición de la mente, a las 6 p.m. me había olvidado de Chahüites, Salitral, La Universidad para La Paz, Puntarenas… y los entrenamientos diarios y comencé a decir en voz alta: “¿y si ellos tienen razón?, si me apresuré al decirle a Sandra que si ella corría la Maratón yo intentaba la Media?, de pronto y se nota que no puedo, pero sólo yo no lo veo“.  Pero de verdad era sentido el asunto, me tenía invadida; hasta que se me complicó lo de desayunar lo de costumbre a las 3:00 a.m. y mi mente se volvió a enfocar en la carrera del día siguiente y atender los detalles que hacen la diferencia entre terminar o no terminar.

Enfrentarse a 4.500 personas
A la mañana siguiente, casi llego tarde porque no sabía cómo abrir la ducha. Me sentía como cuando visité a Sandra en Bolivia y a Rosita en Lima que nunca pude ver TV porque no me dio el cerebro para entender cuál botón apretar para cada cosa. Pero ahí estaba mi Angel de la Guarda encargándose de todo, cuando desfallecí con la ducha la golpeé y apareció agua por todas las perillas del aparato, literalmente me atacó, pero logré entender el asunto.  Luego me fui a la meta con apenas 15 minutos para la salida, me metí por donde no era …. y en ese momento Ana María me dijo: “rebe venga aquí hay un espacio para pasar a la zona de corredores“, me metí lo más rápido que pude y en menos de 4 minutos estaban anunciando que los corredores élite se estaban acercando a la línea de meta. OJO sólo me separaban de ellos 4 filas de corredores, por eso nunca ví el molote.  Iniciaron los juegos artificiales, se dio la salida y ahí iba yo como alma que lleva el diablo, para que no me atropellaran, pues estaba a la par de los que venían a pelear uno de los primeros puestos.  ¡FUE GENIAL! Ana María me cuenta que la gente que estaba atrás tenía que caminar para llegar a la línea de meta y ella para sí se decía: “qué raro aquella salió soplada y estos van ahí tranquilos“.

DES-EMPOLVARSE 21k
Sin que se asomara el sol comencé mis 21k, a los 200 metros estaba empapada de sudor, igual que el desayuno me ví obligada a hacer cambios en la estrategia, pues era muy temprano para perder tantos líquidos del cuerpo.  Comenzó a amanecer que es mi hora preferida del día y los celajes, los congos y las aves me distrajeron un poco, cuando vi la marca de 3k en el suelo estaba 2 minutos arriba de mi tiempo y no había logrado agarrar mi típico pasito tum tum, era como que algo en el ambiente me detenía.  Así que concentré mi estrategia en saludar a los muchos trabajadores de la zona que tuvieron que caminar a sus trabajos por cuanto las vías estaban cerradas desde las 3 a.m. por la maratón.  La gente de Tamarindo es genial, el 100% de mis buenos días fueron respondidos, muchos me dieron aliento, en un tramo que quedé sola en la ruta, comencé a escuchar a alguien hablando y pensé que ya estaba desvariando, pero en pocos minutos una muchacha me alcanzó y me contó que se había quedado dormida, pero que igual ella había venido a la maratón y no se la iba a perder por ese pequeño detalle, poco a poco la fui perdiendo de vista.  Quedé de nuevo con los congos y ya el sol inundaba el cielo, cuando me enojé porque al parecer traían por la carretera unos caballos a toda velocidad, ni siquiera volteé a ver, pero en pocos segundos ví, -se los juro- como 2 chiquillos de escuela en un pique, pierna con pierna, empapados en sudor a Leo Chacón y Gustavo Mora, fue una inyección de energía que me volvió a concentrar en lo que había venido a hacer: “a dar lo mejor de mi.“  Los ví de nuevo en el retorno iban igual, como corredores sincronizados.  Con esa imagen seguí en el sube y baja de la ruta.  Ya camino a Villa Real algunas personas habían salido de sus casas para apoyar a los corredores y a los pequeñitos que apenas comienzan a dar sus primeros pasos, mi paso lento les quedó genial para darme apoyo corriendo –ellos- a toda velocidad, mientras balbuceaban un “vamos, vamos“ a lo que yo respondí en todas las ocasiones “gracias mi amor por apoyarme, espéreme aquí que yo regreso“.  Permítanme detenerme aquí, porque hoy, aquí, reposada, escribiendo para ustedes esta reseña, les puedo asegurar que esa frase que en su segunda parte fue: “gracias mi amor por apoyarme, vio que si regrese“; fue la que me llevo hasta el final, yo regresé como 1 hora y media después y los pequeñines luego que yo les agradecía iban a contar que la señora les había hablado y que era la misma.  No se qué ven, qué sienten ustedes frente a un niño, que los toma en cuenta, que directamente dice: “te estoy viendo“ yo personalmente siento, he sentido y espero seguir sintiendo RESPONSABILIDAD.  No podía de ninguna manera dejar de pasar o pasar caminando de regreso.  Bueno para algunos yo caminé, pero yo se que voy trotando, que no siento lo mismo, que no impactan igual mis piernas, cuando camino que cuando troto.  Cerca del retorno de los 21k fue simpático porque ya me topaba con los que venían de regreso y me decían ya casi llega, da la vuelta y ve el punto de retorno, y la vuelta tardó en llegar y el punto se veía lejísimos, el sol ya pegaba fuerte, pero responder a las porras de los otros corredores, ver a los que iban en silla de ruedas, toparme cara a cara con el keniano que iba liderando la maratón y luego correr al lado del que venía en segundo lugar, me dieron algo así como mi minuto de fama, pues ellos van con las sirenas, las cámaras, al rato ver pasar a Wendy, a Jenny, descubrir que Gabriela Traña tiene un don de gente que no se esconde tras las redes sociales, sino que igual, en vivo y a todo color, durante la carrera, si uno le da ánimos ellas deja ver que lo agradece, me llené de nuevo de energía.  En un punto cuando todos ellos –que corrieron conmigo- se fueron con sus asistencias y cámaras, una muchacha me dijo fuerte y cerca del oído: “eso es, baje el paso pero no se detenga“; yo ya iba rastrillando un pie –cosa que no es normal- y en ese punto del 14k o 15k ya muchos habían desistido de seguir corriendo y estaban caminando.  Esa misma muchacha me la habría de topar a 200 mts de la meta y con la misma intensidad abrió su mano y me dijo de nuevo, fuerte, fuerte “eso, eso campeona bajó el paso pero no se detuvo me hizo caso“   ella estaba tan contenta porque yo lo había logrado que creo que nunca se me va a olvidar, que una persona que corre sabe valorar desde el corazón el esfuerzo de otra persona que corre. ¡Qué rico! ¿verdad?  Ahí seguía yo en mi retorno, aceptando toda el agua que me dieran y tirándomela encima para aplacar un poco la humedad de la ruta, concentrada en no subir el paso, pese a que mi tiempo era un desastre, pues tenía claro que la temperatura iba en aumento y que los sube y baja me desgastarían, y la meta era terminar. La gente del pueblo comenzó a decirme “ah si pudo, ya casi llega“ me emociona que la gente me recuerde, pero era realista estaba todavía a 5k de la meta, con dos cuestas importantes por pasar.  Mis compañeros CHI que me pasaban me motivaron creo que todos sin excepción, lo cual me permitió en este punto de la carrera cambiar el chip, y los últimos kilómetros no se por qué me sentí en un fondo y sólo recordaba que en Chahüites no lo pude terminar por 500 metros y se me metió en la cabeza que esta vez no me iba a dejar vencer.  Estaba en eso, conmigo misma, ya no veía el entorno, creo que no respondía a los estímulos –yo siempre agradezco- cuando vi en la sombra de un árbol un señor de raza negra, que me vio fijamente, metió sus manos en un balde y le dijo a su compañera: “no importa que no sea de los nuestros, ella lo necesita para continuar“ y se levantó con sus casi 2 metros de altura –yo no tenía ni fuerzas para asustarme- corrió a mi lado y me puso en el pecho y la espalda dos refrescantes esponjas de agua helada, como bajadas de mis amados Andes.  No tiene nombre, yo se que cuando uno da asistencia tiene que decirle NO a los que no son de uno, pero también se que en ocasiones se puede hacer una excepción, en especial cuando el paso que sigue es la última cuesta de la maratón de Tamarindo 2014.  Misma en la que habría de oir un fuerte “ESA BARBILLA REBECA“ era mi profesor que tiene esa extraña cualidad de aparecer justo cuando una no está siguiendo sus instrucciones, con una fuerte sonrisa me dijo que ya casi terminaba y que si me sentía bien; recuerdo que me extrañó verlo correr con camisa, él siempre dice que “hay que correr sin camisa para sentir mejor la naturaleza“, lo vi alejarse pues él estaba terminando sus 42k.  Unos minutos después en un punto que me gustó mucho porque se ve el mar, mi compañera CHI Annete, me dio ánimo, me dijo que ya estaba terminando mi gran prueba y cuando pasó a mi lado, sin desconcentrarse de su carrera me dijo: “Que Dios la bendiga“ al tiempo que se persignaba, es un gesto que quiero emular, así de corazón como lo recibí.  Ya en este punto con la inmensidad del mar al frente, caminando con el corazón y con la bendición de Dios estaba lo más a 1.3 km de la meta y fue cuando comenzó esa sensación que les decía al principio, de reconocerme, de saber de qué estoy hecha, una sensación que nos deberíamos regalar más seguido, ya aquí no recuerdo las piernas, el sudor, el hombro que me molesta, no quería tomar agua, sólo quería disfrutarme y fueron varios metros sóla, con pocos corredores alrededor, lejos de casa u hoteles, que son un estar con aquello que nos hace iguales, semejantes, es un estar, es un ser parte de lo que hay y ahí sólo había mar y una hermosa montaña que me dio su sombra. Era yo reconociéndome parte de un Universo: latente, vivo, en movimiento. Cuando divisé mi hotel, ya volví a la realidad, vi a Ana María dándome ánimo, incluso cuando volví a sentir las piernas creo que se me reflejó en el paso y ella corrió a mi lado hasta la meta.  La meta, yo no se cómo vive el que gana la llegada a la meta, pero yo desde los últimos 5 km que me topaba con los corredores que ya iban en sus carros de salida y paraban y me pitaban y me gritaban que ya casi terminaba, la cantidad que se queda en los alrededores de la línea de llegada y aplauden, gritan, ovacionan, llevan en su voz el cansancio, el orgullo, el coraje de haber corrido y yo se cómo se siente escucharlos, es como un inmenso campanario que no importa cómo una llegó anuncia que se cumplió la meta, que se hizo un buen trabajo los meses previos; ahí nadie se pone a sacar el PACE, ahí todos somos uno, cada cual a su ritmo.  Besé a mi virgencita a ella le había ofrecido este esfuerzo y como siempre, me acompañó, me golpeé las piernas en agradecimiento y sentí entre los gritos un par de personas que me abrazaron, me preguntaron como me sentía, qué día era, me indicaban que no fuera a parar de pronto, que fuera bajando el ritmo hasta que llegara a la hidratación, así lo hice, hasta que sentí a alguien que me decía “si pudo, si  pudo yo sabía que lo iba a lograr“ y me dio uno de los abrazos más sentidos que me han dado en la vida, era un compañero CHI que recogía toda la emoción que ha sido esta aventura en lo que se refiere a vivir un proceso acompañada, recordé cuando subía mis fondos al facebook, cuando les contaba cómo me había ido, a mi hermano que me dijo que Tamarindo era plana y necesito verlo para que me defina plano, a mi mami que me dijo: “no se esfuerce más de la cuenta“, a Sandra que hablé con ella por skype y me dejó ver que vivía la emoción de lo próximo de la fecha, a mis sobrinos que me dijeron que sólo por el intento ya estaban orgullosos, a Gaby que me dijo que estaría enviándome buena vibra, a una mamá CHI que da asistencia y siempre me reconoce y dice “esta es mía, esta es mía, pero no le puedo dar nada“, a la Quisi que en su ajetreada vida saca tiempito para darme ánimos, a Rosita y Matt cargando por  Lima mi salveque, a la chinita caminando dormida a mi lado los domingos, a mis perrillos resentidos porque ellas no salen a entrenar, a mi muchacho en Las Malqueridas que me escribió como 3 mensajes de apoyo durante la carrera, a Ani que me dijo que metiera la panza porque estaría ESPN filmando la carrera, se que se quedan un montón sin nombrar pero tengo que ir a trabajar y quiero subir esta reseña.  Todos, todos sin excepción estaban en ese hermoso abrazo que me decía que había cumplido, que estábamos orgullosos del trabajo realizado.

He querido escribir esta reseña tal cual escribo mis cartas a mano, sin revisar la redacción y escribiendo lo que se me ocurre, como cuando estoy hablando, así que se brincan las incoherencias. Si la vuelvo a leer veré todo lo que dejé por fuera y lo retomaré en particular, por ahora como les dije días atrás: GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS POR ESTAR AHI, POR NO DEJARME OIR MIS EXCUSAS DURANTE MI ETAPA DE PREPARACION, POR ACOMPAÑARME EN CADA METRO DE UNA ENGAÑOSA Y HUMEDA RUTA EN TAMARINDO 2014.

Ahora si me despido con el cariño y respeto de siempre diciéndoles, que no bajo para nada el tiempo pero definitivamente si incremento e incremento kilómetros. VAMOS, VAMOS A DES-EMPOLVARNOS SI SOLO PUEDE DAR TRES PASOS PUES A DARLOS.











Aquí volví a sentir el cuerpo, se nota ¿verdad?

Virgencita lo hicimos

El Coconut por mi medalla me dió una copa de champagne

Ultimamente correr me da gustitos que no me puedo dar.




martes, 2 de septiembre de 2014

Esta no sabe ni comprarse un pantalón

Ja ja a ver cómo les cuento esto sin dar muchas vueltas.

Uno aprende algo, y lo da por sentado, al aplicarlo a lo largo del tiempo lo reafirma y es cuando uno se anima incluso a apostar.  Pues les tengo una noticia con una cincuentona que se DES-EMPOLVA, lento pero que se DES-EMPOLVA, tengan cuidado.  Este fin de semana vi un pantalón en una tienda y mi amiga Ana María (nos conocemos hace 34 años) me dijo:  

- está super bonito, pero hay que conseguir uno de su talla

Yo, que me precio de tener buen ojo, le dije:

- ¿usted cree que no me quede? para mi que si.

Ella levantó las cejas, hizo una mueca y siguió buscando la talla 16, con un aire de “esta no sabe ni comprarse un pantalón“;  al mismo tiempo que yo me ponía la prenda como a la altura de la cintura incrédula de que no me quedara.  No se cuál fue mi gesto, pero inmediatamente ella me dijo:

- “pruébeselo, si le queda yo lo pago“.

Je je, aquí tengo el pantalón en mi mano y yo no lo pagué.  Espero puedan ver la talla. Esta historia es algo así como: “aún cuando esta corredora se ve igual, ya no es la misma“. ji ji





 
VAMOS, VAMOS A DES-EMPOLVARNOS

por supuesto que me puede presionar cada mañana

este blog es una locura conjunta que tiene vida propia desde el 10 de diciembre del 2013, casi todo todo lo que hemos hecho es por sugerenci...