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jueves, 6 de febrero de 2020

una moto, 2 carros … un ciclista y una des-empolvada



¿qué define el soporte? ¿dónde nace de un ser vivo hacia otro la fuerza que activa el mecanismo personal de seguir? Quizás en estos tiempo suele mal entenderse el poder de una, nos van metiendo en la cabeza que todo lo que necesitamos está dentro de una misma y que por ende hay un grave error en buscar afuera, no estoy del todo en desacuerdo pues finalmente si cada cual se niega, el primer paso no se da, entonces ese poder existe, sin embargo, ¿quién, cómo se enciende?, ¿cómo cada cual logra despertarlo y ejercerlo? Ese es otro camino con millones de rutas y un común denominador.  Este domingo fue el primer entreno de montaña del 2020,  solo sabía que debía llevar ropa de cambio, abrigo, ganas de ir a un lugar de hermosos paisajes, y estar frente a una iglesia que está a 20k de mi casa a las 5:13 a.m. para subir todos en fila india; por varias razones que ahora no son relevantes llegué  a las 5:19 a.m. y, no me quedo de otra que pedir ayuda a super google, me dije si no llego a  dónde doña Chavela (algo así se llama el sitio donde quedarían los carros y luego desayunaríamos), pues simplemente que esta amable aplicación me traiga de vuelta. Así fue,  pasamos frente a la iglesia y tomamos una ruta de ascenso que conozco bien de mis años mozos, tengo que reconocer que en los 80 me encantaba ir a dónde Nor Lalo y bajar caminando hasta la ciudad, hablando y sobre todo observando las luces de San José (otra actividad en la que me des-empolvaba y no me acordaba).  Bueno descubrí que ahí está el lugar, seguí, seguí y encontré un sitio que le agrada a una amiga  lo conocí una vez ya en este siglo, y kilómetros más arriba re-descubrí un sitio que le agradaba mucho a un buen amigo,  y me dije um, estoy bien arriba aquí si solíamos venir en carro pues es lejos, y  mi ruta seguía hacia arriba, comencé a ver las nubes a mi misma altura, las pasé, tuve la sensación que en cualquier momento los ángeles y los arcángeles saldrían a indicarme siga subiendo, hasta que ya volvió a hablar la señora del celular y me dijo en 300 mts a la derecha está tu destino.  Las nubes abajo y la negregura más negra que recuerdo, vi movimiento subiendo una pequeña cuesta y dije son mis compañeras CHI.  El frío era intenso sin embargo, una sabe que ya comenzando a correr se entra en calor, caminaríamos poco menos de 2k juntos en burbuja y ya luego cada cual tiene asignada  su carga, el máximo de ese día eran 20k.  A mi me encantan las rutas con retorno como esta pues por mi lentitud lo que hacemos es que yo voy hacia delante hasta que me encuentro a la primera atleta en retorno.  Por primera vez en estos años des-empolvándome estuve más atenta a ese encuentro, que intensa esa ruta, llovía, las pendientes eran rudas, resbalosas, el casi no tener acceso al entorno por la bruma genera un efecto en el cerebro que él retorna en cansancio, en un convincente no puedo, no estaba lista …. y justo porque estaba consciente de ese detalle cuando me topé con el primer compañero en sentido contrario, me exigí 10 minutos más hacia delante, recuerde que el cerebro debe ser sumiso a nosotras y para ello hay que entrenarlo; aún así mi yo interno iba echándole porras al cerebro y no a mis piernas.  Para este punto estaba yo realmente con las piernas re-cargadas, y cedí a la idea que quizás no lograría retornar, esto me ha pasado pocas veces en la vida, a mi, si me dejan ir a mi ritmo llego a cualquier parte.   Bueno inicié el retorno impresionada de las pendientes que subí, saludé a un nuevo grupo de atletas que recién iniciaba, me dieron compañía en el retorno,  ¡buenos días!  ¡buenos días!  ¡buenos días!  ¡buenos días!  ¡buenos días!  ¡buenos días!  ¡buenos días!  …. ahí va una distrayéndose en el saludo y medio escuchar de qué hablan, pues es normal que corran en pareja y vayan hablando.   Que frío, que jalonazos en los gemelos, los codos, los codos me pasan la factura luego de nadar y cuando hay cuestas, hoy no es la excepción y los mocos este montón de mocos.  Voy a tener que caminar, ya no doy mi pasito tum tum, y justo en ese momento me pasa al lado un niño de no más de 8 años, moreno, de cara redonda, pelo lacio, cachetes rosados, con camiseta blanca de cuello redondo, pantalones negros de tela, sus botas de hule de un opaco negro que habla no del paso del tiempo sino más bien del inclemente clima, el niño iba en una bicicleta más grande para su tamaño, eso en el área rural es re-normal y la cuesta nos llevaba –es mi parecer- en el mismo tempo, lo ví zigzaguear para aprovechar la fuerza del movimiento y le admiré por el enorme esfuerzo que hacía, no voy a parar dije, él lo está intentando y yo me puedo contagiar de él; y le puse todas las ganas que una sabe que le está poniendo indistintamente de lo que puedan percibir quienes nos ven.  Y, me aferré al esfuerzo de él, hasta que me percaté que cuando el zigzagueaba me veía de reojo, ¡YIHAAAA!, llego a la lomita y ahí está él como esperándome, y le digo: estuvo rudilla esa subida ¿verdad?, -si, dijo él, y siguió a mi lado por unos  400 mts más hasta el punto donde él tomaba otra dirección, no nos dijimos nada, solo fuimos uno al lado de la otra, pocas veces me han acompañado tanto, me han jalado hacia delante con tanta contundencia, eso si recuerdo cada una.  Cuando fue a doblar a la izquierda me dijo: ¡adiós! y yo le respondí: ¡buen camino! Estaba yo a unos 3.5k de doña Chavela, sin embargo, ya no pude parar, la inspiración, la fuerza, la sencillez de aquel niño me invadieron, se lo debía, fue el honor que quise darle a esa amistad de 600 mts que encontré en el camino y se que me acompañará hasta el último aliento, porque hay compañeros que son para siempre.  Y, en esta locura de des-empolvarme la niñez ha sido mi motor, siempre, siempre hay un niño o una niña que parece encontrar las palabras, el gesto justo.  Y ¿usted que me lee suele valorar el soporte que le dan quienes están al lado o encontrarle en el entorno? Porque según yo, todas las porras están al alcance de la mano y en el entorno, cada una de nosotras elije el canto que quiere escuchar.  Este niño y yo teníamos varias personas alrededor, era día de elecciones municipales, estábamos en una pequeña aglomeración de casas, la gente iba y venía ya lista para ir a trabajar por sus candidatos, una moto, 2 carros … un ciclista y una des-empolvada, estos dos últimos crearon su burbuja para apoyarse, para recordar-se siempre, porque estoy segura que cuando me veía de re-ojo y resoplaba por el esfuerzo decía: si esa doñita no para, yo tampoco. ja ja  que rico: re-inspirándonos uno a la otra. fue sin duda un がんばってください en pareja.

les comparto algunas fotos de la ruta que -aún cuando estuvo con lluvia y neblina- me encantó



























VAMOS VAMOS A DES-EMPOLVARNOS SI SOLO LOGRAMOS DAR 3 PASOS PUES A DARLOS NUNCA SABREMOS HASTA DONDE PUEDEN LLEVARNOS




miércoles, 6 de septiembre de 2017

Un honor inmerecido y unas gracias insuficientes





Cada primer domingo de setiembre esta lenta des-empolvada sale concentrada en terminar esa carrera -que hay que correr y que una anhela dejase de existir el motivo*- sin atrasar demasiado a los organizadores.  Es una ruta cariñosa en el sentido que quienes transitan y quienes venden son archirecontramotivadoras, y siempre les digo gracias gracias no se vaya que tengo que regresar y sinceramente cuando me ven de nuevo su actitud me llena de la energía del primer paso de la carrera.  A esas personas, a quienes corren, me motivan, me acompañan, a quienes organizan carreras en las que nos dejan participar a las personas lentas que compartimos ese compromiso por la niñez,  a quienes vigilan el tránsito, a quienes nos ofrecen hidratación, a quienes miden el tiempo, a quienes nos esperan en la meta para consentirnos (el domingo hasta con helados),  la Policía de Tránsito y la Cruz Roja que nos cuidan aún cuando parece que se van a quemar las motos y las ambulancias que no están diseñadas para ir a un paso tan relento y ni qué decir de quienes terminan su carrera y tienen el detalle de esperar a la última en esta ocasión con la sartén por el mango genial, genial…. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS no hay suficientes kilómetros en el planeta para agradecerles corriéndolos.  Sin embargo, este 2017 traería un honor inmerecidísimo por esta des-empolvada y de los que no se borran, de los que no se igualan ni en esta vida ni en la otra.  Recuerdo particularmente los 21k en Tamarindo, en un momento pasó Gabriela Traña con las cámaras filmando cada paso y yo me decía ¡puñalada cómo vive una atleta elite cada metro de una carrera! y si, me corrí un poquito por si la cámara enfocaba algo del entorno salir yo, ¡je je!  Pues este domingo 3 de setiembre TVCorrer, me dio mi minuto de fama, estoy tan, tan agradecida por la forma en que en un tracto de la ruta me acompañó, me motivó y me dijo “nos vemos en la meta“ y de verdad otra vez fue a mi encuentro y ahí -aunque ustedes no lo crean- otra vez fui acompañada en mi pasito tum tum por una cámara que está acostumbrada a entrevistar a atletas élite; y no se acaba, pasé la meta y me sacaron palabras sin aire (porque una des-empolvada también va dando su máximo esfuerzo físico y mental que no les induzca a error lo lento del paso).  Antes de dejarles las fotos soy sincera, por un momento y como había tanto ruido en el entorno, llegué a pensar que quizás estaba desvariando y ya me imaginaba que me filmaban y me entrevistaban, sin embargo, encontré prueba en contrario ….. sonrían mas no demasiado(des-empolven la cortesía ¿ok?).


(*) Los médicos de la Unidad de Trauma hace 8 años hicieron suyo el compromiso de hacerle entender a las personas que la denuncia es necesaria.  Ellos atendieron un niño de unos 3 años que estaba tan acostumbrado a la agresión por parte de adultos que cuando ellos se acercaban se quitaba, nunca recibió cariño de propios o extraños y, finalmente falleció por  complicaciones múltiples.  Sin embargo, en “las investigaciones que se hicieron de este niño, aparecía gente que decía: 'Ah sí, yo lo veía comiendo de la basura', y luego el vecino decía: 'A él le pegaban a cada rato'. Todo mundo lo vio, todos vieron que no tenía ropa, que no tenía qué comer, que lo agredían (...) y nadie hizo nada"  Y así nace la carrera Niños de Nadie, Niños de Todos.  Los recursos que genera esta carrera se utilizan en la compra de insumos para la Unidad de Trauma del Hospital Nacional de Niños (entre otros equipo de monitoreo para transporte, ventiladores de transporte, maletas para traslados con sus respectivos insumos para pacientes politraumatizados…).  Los patrocinadores cubren todos los gastos de manera que el 100% de lo recaudado sea para la Unidad.  Hoy es un buen día para que comience a entrenar, diseñe un disfraz con el que le sea cómodo correr y nos acompañe a partir del próximo 2 setiembre  2018.


 Yo, por mi parte, comprometida respecto de la niñez a vivir un eterno primer domingo de setiembre.

¡GRACIAS GRACIAS GRACIAS!
 

Foto tomada del facebook para ilustrar mi crónica


Foto tomada del facebook para ilustrar mi crónica

Foto tomada del facebook para ilustrar mi crónica

Foto tomada del facebook para ilustrar mi crónica


VAMOS VAMOS A DES-EMPOLVARNOS SIN EXCUSAS HASTA EL ULTIMO ALIENTO LES ASEGURO QUE EL QUE PARECE QUE CUESTA ES UNICAMENTE EL PRIMER PASO.

jueves, 10 de agosto de 2017

Bitácora entrenamiento 1-8-17


El sol aún no había terminado de levantarse esa mañana y ya yo iba subiendo a la altura del Hospital San Juan de Dios; con una camisa pegada al cuerpo sin mangas, espalda pelada, Ana María dice que sin duda más bien parezco una nadadora. Camisa sin mangas, pantalones negros, tenis azules con perlitas amarillas fosforescentes, un cinturón amarillo en el que suelo llevar agua, suero, una barra energética, mi virgencita, los anteojos y una suéter por si llovía en el camino de unos 25k, que por cierto proyecté hacer en unas 3:30 horas.  El asunto es que a la altura del San Juan de Dios y ya subiendo por el bulevar de la avenida central mi facha contrastaba con las personas que rápidamente iban hacia sus trabajos con abrigo, bufandas y algunas hasta con gorros para protegerse del frío.  Mi mente estaba concentrada en eso de por qué tendrían tanto frío cuando comencé a notar que la gente me miraba. ¡UM! me dije, de seguro me puse mal la camisa, pues me veían fijamente todas las personas con que me topaba y ya llevaba un par de kilómetros.  Si es cierto que antes de dejar el carro en el parqueo tenía como miedo de ir, y que por alguna razón cuando comencé a caminar iba internamente cantando doy dos pasos p‘aralante veinte para atrás, y cada vez que lo decía me reprochaba que no recordaba bien cuántos pasos para atrás dice la canción original, sin embargo, después de 53 años yo –la verdad, verdad- no le presto demasiada atención a lo que mi mente se dedica durante el día, ella es autónoma.  Así que disimuladamente me revisé y acomodé la blusa y el pantalón y seguí adelante, muerta de curiosidad pues las personas indigentes no lograban disimular, ni quitarme los ojos de encima, en particular hubo uno que me pasó a la altura de la tienda La Gloria y cuando iba por el Banco Central –ahí por donde está la gordita- todavía iba caminando mirando hacia atrás, le sostuve la mirada, lo vi de arriba abajo y lo seguí con la vista hasta más allá de la Universal, en todo momento miraba de reojo.  Seguí caminando buscando en mi mente una explicación para que me vieran y lo otro es que normalmente la gente me habla, ya había llegado yo a la Fuente de la Hispanidad y contra todo pronóstico, nadie, nadie me había hablado ¿¿¡¡¡!!!???? No se me quitaba la canción de la cabeza dos pasitos p‘aralante veinte para atrás y sentía los pies, los dedos de los pies cómo los sentía. Llegando a La Galera ví las cámaras de TV, me oculté atrás de una madre y una hija que iban amenamente hablando, con tan mal cálculo que la joven se quitó rápidamente y me dejó expuesta, di una carrerita en la misma dirección que ella y le dije: ¡Idiay! Yo me escondí detrás de ustedes.  Y ella se retiró de mi lado rápidamente y se fue a buscar a su mamá.  ¡UM! le dije a mi interior y seguí pues todavía estaba a unos 18k de mi destino y cómo sentía los pies, los dedos de los pies.  De este punto hasta el parque de Tres Ríos se me hace eterno, no importa cuántas veces vaya ni con qué frecuencia.  Seguí adelante me pitaron múltiples choferes de bus, me ignoraron o se hicieron a un lado más cantidad de romeros, y antes de llegar a Tres Ríos pasé al baño a revisarme detalladamente si andaba fuera algo inadecuado.  En el baño tuve que hacer fila y las personas que estaban adelante no dejaron de moverse, como para no perder el ritmo, recuerdo que mi mente se distrajo de la canción: ¿para qué se tienen que mover si vienen caminando y no llevan ni 5k? Y, ya cuando entraron ¿cómo harán para moverse y hacer su necesidad? ¿????.  Y me tocó a mi, recuerdo que se me hizo interminable el tiempo, no lograba subir mis pantalones, y no recordaba si había verificado si la blusa estaba bien puesta. Y sentía los dedos de los pies, cómo los sentía. Para ese momento noté que los dedos de las manos se veían hinchados, pero me dije que era mi imaginación pues a mi ya no se me hinchan los dedos.  Ja ja recuerdo que sonreí fue como el karma de haberme burlado un poco de las que estaban adelante sin dejar de moverse.  Seguí el camino en silencio, ignorada y evitada.  Excepto por una señora que justo a 4k de la Basílica me dijo: “todavía faltan 4k ¿cómo esperan que llegue?“ “¡ah! pero ya casi llega de aquí no falta nada“ “pero si me quedo hablando con usted no voy a llegar nunca y la gente con la que venía la deje pérdida hace horas“ subió el ritmo y pronto bajando del Ochomogo solo logré divisar la larga caña con que iba ayudando a su rápido paso.  No había terminado de pasar Taras, cuando para variar un niño captó toda mi atención: simplemente tomo con sus dos pequeñas manos los cachetes de una señora que iba con él y mirándola fija y seriamente a los ojos le preguntó: “tía tíita, ¿usted ha vivido toda su vida en el mismo planeta?“ No hay nadie en su sano juicio que no se detenga ante semejante cuestionamiento, sin embargo, ni mi generación ni la que le sigue tiene suficientes integrantes con capacidad de responder a la altura semejante cuestionamiento, así que me fui negando con mi cabeza ante la reacción de todos alrededor de ese pequeño que me llevo a una tarde la semana anterior, que estaba en el super, buscando algo que no encontrábamos mi mami y yo, cuando en la sección de lácteos un pequeño cantaba junto a su mamá “estrellita cómo estas“ y el pequeño le reclamaba a su mamá que cantaba demasiado bajo, que cantara como en la casa para que todos se contagiaran … luego de un par de insistencias la mamá cedió y cantaron a viva voz hasta que el pequeño le dijo llorando: álceme, álceme, a lo que la madre le preguntó: ¿qué te duele, qué te duele? Y él entre lágrimas (reales) y tocando su pecho respondió: “el alma me duele el alma“.  Sin duda el resto del día mis pensamientos estuvieron rondando el que quizás al fin ya está en marcha la generación a la que le es irrelevante “comerse el mundo“, porque ya son mundo. Regresando al atípico entrenamiento, tomé el bus de regreso, pagué con un billete de ¢10.000 y el chofer me dijo que no había problema, solo que me dio un billete de ¢2.000 que no me gustó y le pedí que me lo cambiara, entonces me dio moneditas, que tuve que distribuir en las dos bolsas del pantalón de la cantidad que eran.  Con ellas caminé de regreso por la avenida central hasta el final del Paseo Colón donde había dejado mi carro.  Así que al menos de regreso asumí que me volvían a ver porque sonaba como un chilindrín pues las bolsas del pantalón están a la altura de la rodilla.  Seguía sintiendo los pies pesados, sentía los dedos cada dedo y no podía creer que había tardado 5:37 horas, más de 2 horas de lo estimado.  De camino a la caja saltó a mi cabeza la pregunta: ¿cómo voy a ir al desierto con este rendimiento, no voy a terminar ni en una semana la carrera?. Y todo se puso en modo lentísimo, me pareció que la señora tardaba más que yo sacando la cuenta, la verdad le entendí ¢7.700 le dí ¢10.000, y cuando me fue a dar el vuelto se tapó la boca con el dedo índice, indicándome: quédese callada –¡UM!- no es bueno decirme que cese mis palabras, sin embargo, como me dio ¢5.000 se me ocurrió que me había dejado de dar ¢300. Solo que como yo tengo debilidad a la hora de sacar algunas cuentas no tenía cabeza para reclamar y ella volvió a indicarme que me quedara callada, la persona de atrás con un gesto me dejó ver que ya era mucho tiempo.  Entonces me fui viendo contra el sol el billete de ¢5.000 para determinar si era o no falso, hasta que reconocí que no tenía idea cómo saber si era falso o no.  Así que me fui para mi casa.  Todavía con la canción -dos pasitos p‘aralante veinte para atrás y sentía los pies, los dedos de los pies cómo los sentía- en la cabeza.  Casi no me pude quitar los zapatos, me acosté y como a las 4 horas un poco más en mis cabales, y viendo mis pies hinchados como hace 5 años no estaban, recordé que esa mañana muy foforona había decidido probar una crema antri-rozamiento que amablemente una buena amiga me compro y me envió. Y cómo la probé, me puse en toda la planta del pie, el talón, el empeine y cada dedito pues como era mi cuarto día de romería si la crema servía estaba segura que no tendría una sola ampolla.  ¡ERGO! Mi romería del 1 de agosto –ingenuamente- la hice drogada, completamente drogada y por la reacción de las demás a mi alrededor era mega evidente. Ja ja descuido de una de des-empolvada que en lo que va de este siglo tiene claro que debe probar todo, todo lo que consume, se pone y huele.

VAMOS, VAMOS A DES-EMPOLVARNOS SIN EXCUSAS



 

lunes, 23 de noviembre de 2015

En modo NO

Ahí estaba yo en el amanecer del 22 de noviembre en modo NO, salí con los primeros rayos del sol a darle de comer a Shirley Yahaira (la tortuga) y cuando ya regresaba adentro de la casa, la vi, estaba ahí sola en el aire bañada de sol, simplemente siendo.  Y fue cuando me dije: qué relajo y yo hoy solo estoy en modo no; ni siquiera les puedo decir que tenía una excusa válida para no ir a la carrera, simplemente estaba en modo NO.  Pasaron un par de horas y viendo la foto que le tomé reaccioné me cambié de ropa, me puse el reloj (faltaban 10 minutos para que iniciara la competencia) y mi Angel de la Guarda se encargó de que no hubiera un solo vehículo en el camino, ni un solo semáforo que no estuviese en verde y lo más importante, que yo tomara la ruta indica (hay 3 opciones para llegar desde donde estaba). Sinceramente me deje guiar de tal manera que cuando me ví estaba justo en la meta de salida y un señor indicándome que había un espacio vacío frente a mi. Je je como es la vida ¿verdad?, tomé un sorbo de agua, una mordida pequeña a una barrita de granola que llevaba, me bajé, fui en dirección a la meta y un minuto después salia el Señor Laurens Molina, que siempre, siempre me emociona, ahí estaba yo al lado de él sintiendo que ya había valido la pena decidirme a desterrar el NO que me invadía.  Pero a los 100 metros de la salida lo encontré de nuevo y me volvió a inundar, me faltaba el aire y estaba completamente consciente que no solo hacían falta 7.9k más, sino unos columpios de padre y señor mío que el año pasado me dieron batalla y ese día yo estaba empoderada, en cambio ahora con esta actitud debería dar la vuelta en la esquina, regresar e irme tranquila, total ¿quién se daría cuenta? ¿¡¡!!!!????? Solo que esta carrera inicia y termina cuesta arriba, y ustedes saben que yo tengo esa espinita en el alma, que se pone en carne viva cuando voy cuesta arriba, si esa misma: Chagüites que me venció en los últimos 500mts el 28 de junio de 2014, y de pronto me olvidé del modo en que andaba y todos mis recursos los enfoque en subir esa cuestita para salir a la calle que lleva a Rincón Grande de Pavas, ya en esa dirección recuperando aire, mi Angel de la Guarda –que conoce mi corazón, mi voluntad- no se jugó el chance y me puso a cada lado a Deportistas con Propósito que sin saberlo NO ME DEJARON DESISTIR, no porque yo no pudiera, ya sabemos que una mula se queda corta a la par de mi resistencia (siempre que me den tiempo je je), sino por mi estado de ánimo.  Y vendrían más adelante los puntos y las comas para que esta des-empolvada se concentrara de nuevo, no en cumplir, no en dejarse acompañar, sino en poner su corazón en cada paso, en estar alerta de las señales en el entorno, de buscar en cualquier camino la luz que dice que aquí estamos todas, aunque a veces nos hagamos de la vista gorda.  Una muchacha de la asistencia, nos sonrió honesta y visiblemente agradecida, sinceramente toda ella estaba en modo agradecimiento y con voz alta nos dijo: gracias, gracias por venir a sacarnos de la calle.  Yo que estaba ahí por terquedad de mi Angel de la Guarda, estaba incluida en un agradecimiento que hasta ese momento no me estaba ganando, no lo estaba interiorizando.  A esa altura ya estábamos en el centro del pueblo, hay más gente que apoya, son lindísimas, no hay manera de claudicar con ellas apoyando de palabra y con manguera.  Me encanta, me encanta, en el punto de retorno llevábamos un buen paso, pero le advertí a mis acompañantes que en la subida mi rendimiento se va a menos de la mitad, así que decidimos disfrutar de la gente.  Y me fui para adentro, con la paz que me da siempre conectarme con el mundo, ser una con él.  Subí mi vista a un segundo piso y ahí estaban detrás de las rejas una pequeñita con su mamá, agitando las manos por entre los barrotes, la mamá se decidió a decirme VAMOS, VAMOS con tal fortaleza interna (no se confunda con decibeles), que la pequeña –que no debe decir aún muchas palabras- balbuceó un VAMOS, VAMOS, que creo solo nosotras 3 entendimos.  Una vez más des-empolvarme me acerca a aquello en lo que creo profundamente: el ejemplo nos arrastra y, debemos en cada actuar ser conscientes de que alguien nos mira, no lo digo para escondernos, sino para buscar sembrar semillas no que motiven sino que inspiren a otras personas a crear un mundo lo más parecido a aquel con el que soñamos.  La muchacha de la asistencia que les comenté hace un rato me sacó de mi trance, pues había  pasado su puesto de asistencia al otro lado de la calle y nos motivaba por cuanto ya teníamos más de la mitad de la carrera y por supuesto de nuevo agradecía y agradecía.  No les cuento la subida porque solo recordarla me cansa, ja ja ja.  Pero a unos 200 mts de la meta, un buen grupo de las Deportistas con Propósito se vino en sentido contrario, era una marea verde que venía hacia mi, una preguntó ¿cómo se llama? mi apoyo le dijo: Rebeca y ahí se armó el relajo, chiquitibumalabinbombá rebeca, rebeca….. otra vez, otra vez.  chiquitibumalabinbombá rebeca, rebeca….. Y se me vino todo de golpe, los aplausos apagaron la súplica de mis piernas para parar, el vamos, vamos de la mamá y su hijita, la muchacha agradecida, las personas que donaron acompañarme aún cuando sabemos que yo voy muy, muy despacio, los motorizados de Jesús que no se cómo logran que sus motocicletas no se recalienten a mi paso, las personas de corta y mediana edad con la que choqué los cinco …… todo todo se concentró en mis piernas, y NO LO VAN A CREER, en cuesta arriba esta des-empolvada despegó las piernas del piso y aceleró para cruzar la meta como si estuviera peleando por el primer lugar, no solo por mi actitud sino por todas las corredoras que aún estaban por ahí y me vitoreaban.  NO HAY PALABRAS PARA LA GRANDEZA CON QUE ME CONTAGIAN LAS DEMAS EN LOS MOMENTOS EN QUE ESTOY CAIDA.  Hicieron que mi carrera nuevamente fuera inolvidable.

 
bañanda de sol, al amanecer del 22 de noviembre, sólo siendo.

en una ventana del segundo piso hay 2 VAMOS, VAMOS que ahora viven en mi

Pero igual me quede con esa pregunta: ¿dónde y a quién le contagiamos nuestra visión de mundo?, ¿cuántas opciones en un día en un mes tenemos para inspirar a otras personas a darlo todo, a mover la sensibilidad que es la palanca de la voluntad del servicio a los demás?  Y no hay duda que si somos coherentes entre lo que pensamos y hacemos la respuesta será: 24 horas al día.  Y yo agrego, siempre que le sea posible considere la posibilidad de hacer aquello que le apasione frente a seres humanos que por la forma en que vivimos están fuera de contagiarse no de su profesión, habilidad o destreza, sino de su pasión sea cual fuere.  Si estamos alerta encontraremos un par de veces al año esa posibilidad.  Le debemos esa oportunidad al mundo con el que soñamos.

 
Deportistas con Propósito que el 22 de noviembre donaron el último lugar

Fue una buena carrera y se que quedan detalles por fuera, pero la ventaja es que el blog nos permite volver a escribir en otro momento. Siempre pedirles que sean benevolentes con cualquier error pues escribo sin revisar, justo como cuando escribo una carta.

je je así cualquier llega a la meta

VAMOS, VAMOS A DES-EMPOLVARNOS CONTAGIANDO NUESTRA PASION

PD. esta carrera es CORRE POR LOS DE LA CALLE de la Fundación Promundo, misma que da atención primaria a personas en riesgo social y habitantes de la calle en su mayoría con enfermedad adictiva.

lunes, 13 de julio de 2015

No logré la 1h 28m 45s


La vida tenía para mi algo mejor que la 1:28:45 (9:33min/k) que me propuse ayer (mi tiempo inamovible 1:38:00).  Pero tengo que regresar a  abril 2013 para hilar la serie de eventos que se juntaron hoy que de corazón quería enviarle una inyección de energía a Vidal (algunas de mis amistades más cercanas saben lo persistente/necia que puedo ser cuando intento enviar una dosis de energía).  Ahí me disculpan los que me leen desde siempre, pues voy a contar esto por enésima vez, pero es que la vida no es un momento, es -más bien- una serie de decisiones y concatenaciones que construyen un evento que recordamos ahora.  Mi amiga Martita me aviso que estaría unas horas en Costa Rica y le gustaría verme, acordamos que en los 2 trayectos que separaban su reunión del aeropuerto yo sería su chofer designada lo cual nos daría algún tiempo de conversar.  Cuando fuí por ella me dio uno de los abrazos más sentidos que me han dado en la vida, y cruzando el Puente Juan Pablo Segundo y con ella al lado recibí una esperada y definitiva noticia sobre mi proyecto de vida, me emocioné tanto que le ofrecí la próxima Carrera a ella pues era el 14 de abril, día de su cumpleaños, le dije que intentaría bajar mi tiempo para regalarle mi esfuerzo.  Pero el 14 de abril 2013 la vida tenía para mi otra misión, no dejar que una corredora que encontré a la altura del Dobles Segreda (ahí me gradué del colegio), Gaby –ahora mi amiga- desistiera de terminar los 10k en que se había inscrito, sin tan siquiera haber entrenado previamente.  Ahí íbamos las dos por el ICE en Sabana Norte, cuando apareció mi mentora en esto de des-empolvarme: Ani –a quien siempre le digo mis logros antes que a mi misma, su paciencia/firmeza conmigo ha sido determinante para no desfallecer al inicio cuando una no da un paso se arrastra je je- y la verdad nos remolcó a Gaby y a mi hasta la meta; ese día ¡juntas lo habíamos logrado!.  Hoy -12 julio 2015- con lluvia toda la madrugada, una salida tardía para esperar no chocar con las actividades de otra Carrera y concentrada como un cubito en hacer mi 1:28:45, a los 800mts de iniciada la carrera, subiendo por Sabana Norte a la altura del ICE, escuché: “esta es mi amiga Rebe la que nunca me falla“; era Gaby, en ese momento sabía que la virgencita me la había enviado, le dí un abrazo sentido y le dije: “me la mandó Dios, necesito que me jale, si no le molesta“, (al día de hoy ella sigue requeté superando mi tiempo) a lo que accedió sin reparos y los primeros 5k me jaló al punto que no logré la 1:28:45 propuesta sino 1:18:05, MI MEJOR TIEMPO DES-EMPOLVANDOME AL DIA DE HOY.  Sin duda al que sabe esperar, al que se deja llevar sin dejar de hacer su trabajo le llega su hora.  Cierto, tengo que reconocer que hubo momentos en que sentí que no lo lograría, que le quedaría mal a Vidal en la inyección de energía que quería enviarle, pero al llegar a 500 mts de la meta estaba ahí Ana María y unos metros más adelante Gaby no dejándome desfallecer, no dejándome vencer por mi mente que insistía en que no lo lograría aún cuando estaba tan cerca de la meta y con tiempo de sobra.  Así corrí hasta el final con todas, todas mis amigas en mis piernas, en mis músculos, sin decir palabra, solo inyectándome la energía que da el que las demás crean en una.  Amigas mías queridas todas.  Pero también estaba Vidal, mi promesa que le hice anoche de no dejar un solo segundo de seguir las enseñanzas de mi professor CHI Alvaro María (que me dió un abrazo antes de iniciar la carrera, él también estaba ahí, él también corrió por Vidal), en especial de no dejar de seguir su ejemplo –tan distinto de mi carácter- y presente, muy presente D. Carlos mi compañero CHI ultramaratonista que esta misma semana hablando durante un entrenamiento me dijo contundentemente –con firmeza- que: “si hay dolor, ampollas, ganas de desistir o un infarto ese es el cuerpo boicoteándola, no se lo crea nunca, siga adelante siempre“.  Y así lo hice hoy, para no faltar a mi palabra con Vidal y para descubrir lo que tanto creo mi profesor insiste en los entrenamientos y los fondos que: debía sentirme peor que nunca para encontrar la mejor versión de mi misma: 1:18:21 en mi reloj, pues lo detuve hasta que un pequeñín de apenas unos años de vida, marcó mi número para indicar que ya había recibido mi medalla.  ¿No puedo imaginar algo mejor para un domingo de lluvia por la mañana? ¿ustedes qué hicieron?

Constancia de que fuí la última, pero ustedes y yo sabemos que es mi mejor último lugar hasta ayer


Mi reloj se detuvo hasta que un niño puso su marca que ya habíamos terminado



VAMOS, VAMOS A DES-EMPOLVARNOS ALERTAS DEL ENTORNO, QUIZAS A QUIEN APOYASTE AYER SEA TU CATAPULTA HOY O VICEVERSA



domingo, 21 de diciembre de 2014

Que asistencia, que apoyo, que ruta.


Que angustia desde que me enteré del cambio de ruta para la carrera Corre por los de La Calle.  Y hoy: que bendición que la cambiaron, la ruta anterior no es que no me gusta, pero como es una zona comercial, no tiene la vida de esta nueva; y es que una vez más compruebo que donde está “el otro“ la vida hace la diferencia, es la maravilla de sentir la solidaridad humana la que recarga la voluntad.  A ver si logro transmitirles mi sentir.  Unos minutos antes de las 7 a.m. estaba yo como siempre entre los primeros corredores esperando el banderazo de salida. Es mi estrategia para correr acompañada al menos 100 metros que es la distancia en que casi todos me pasan y me dejan pérdida.  Hoy no fue la excepción, sólo que unos metros antes de llegar a la calle principal que va hacia Rincón Grande de Pavas, me rodearon 4 motorizados pandilleros, con sus potentes motos y su típica indumentaria, me dije, bueno que me pasen y ya, pero no, se quedaron 2 atrás de mi y los otros se pusieron adelante, fue cuando pude ver a Jesus en sus jackets al tiempo que se hablaban y decían que casi no habían llegado a tiempo.  Serían mi escolta desde ese punto hasta mi regreso a la meta.  El apoyo, la compañía que me dieron fue de lujo, me custodiaron de los carros en los tramos de 3 carriles, detuvieron el tránsito en las esquinas no cubiertas por la organización, y hasta cuando me dio por hablar un rato me siguieron la conversación; demás hacer el comentario de que no se cómo lograron ir con sus potentes motos a mi pasito tum tum, pero así fue.  La gente de Rincón Grande de Pavas lindísima apoyando en la acera, en la puerta, en la ventana, los niños pidiendo permiso para echar agua con la manguera, D. Bernarda que para mostrarme su apoyo espero 20 minutos a que yo fuera al punto de retorno y pasara nuevamente por la esquina donde estaba ella con su perrito y el pan para el desayuno, “ve, la esperé porque sabía que lo lograría, ahora a ponerle para que termine“.  Una muchacha de la asistencia cuando paso el carro por ella, les dijo que no, que ella llegaba a pie a Pavas, que mejor se quedaba por si yo necesitaba algo, eso un ser humano lo agradece, pero la última corredora lo graba en su piel, lo manda directo a su voluntad y es el gesto que hace que una no desista por nada hasta llegar a la meta.  Que les puedo decir de los conductores de la zona, hasta el día de hoy, no había vivido la experiencia de que ni un solo conductor de carro estresado por el atraso que significa esperar a que pasen los corredores, acelere, gesticule o incluso lo haga a uno tirarse al borde del caño, hasta los choferes de bus tuvieron paciencia para que yo los rebasara cuando ya iban de salida en una parada en que estaban recogiendo pasajeros. Mil gracias como siempre a los corredores que me apoyan para que suba el paso y la barbilla (como contratados por mi profesor) al llegar a la meta, en particular esta que la meta estaba al final de una cuesta.   Así que: que gran acierto este cambio de ruta, en especial para la última corredora que de alguna manera tiene la oportunidad durante más tiempo de disfrutar y cargarse de la energía de esa hermosa comunidad que es Rincón Grande de Pavas.  VAMOS, VAMOS A DES-EMPOLVARNOS a decir presente a todos aquellos que están haciendo un esfuerzo extremo por salir de un tiempo oscuro en sus vidas.






Foto del facebook de runners club

Foto del facebook de runners club


Foto del facebook de pasión por correr

sábado, 1 de noviembre de 2014

¿Inconveniente fondo en el Bajo La Hondura?

Cada fondo tiene su encanto, su bemol, su estilo propio.  Personalmente sufro en demasía cuando el trayecto es en carreteras de alto tránsito, los camiones pasan rápido, muy rápido y realmente duelen las particulas de polvo y concreto que lanzan a las piernas, qué decir cuando una se queda viendo de frente a un vehículo que no va a cambiar su trayectoria, nunca he entendido si es porque no calculan bien la distancia o simplemente porque consideran que la calle es de ellos y los de a pie deben jugársela cómo puedan.  En 3 ocasiones he tenido que tirarme a la calzada... pero bueno ese no es el caso hoy, podría comentarles de las fuertes pendientes en piedra, que no estaba húmeda, sino sobre la que todavía estaba corriendo agua de la montaña, un par de derrumbes de la naturaleza me dejaron ver que la montaña cedió a la cantidad de agua que ha caido en estos últimos días.  Correr en la montaña alejó varios dolores que me aquejan desde el minuto 47, el neuroma de mortón, el tobillo y, a cambio me regaló tener conciencia que debo trabajar más mi rodilla, pues esas pronunciadas bajadas me la pusieron grande y adolorida casi todo el trayecto, qué les digo de los resbalones en las piedras que me pusieron de frente al hasta hoy desaparecido nervio ciático..... ¡ah! y mi imaginación, cuando pasé por un hilo de agua, lleno de piedras, era un trillo angosto, la neblina densa y particularmente baja, con vegetación abundante de lianas y parásitas que había que quitar al paso para no chocar la cara con ella, no hubo manera en esos 500 mts que no recordara que las serpientes buscando las piedras, que toman agua y luego buscan un lugar limpio como para tomar el sol que puede ser entre las piedras o simplemente colgando de uno de aquellas lianas.  Así que fueron pasos medidos milímetro a milímetro, no podía creer ni entender, por qué estaba ahí sin anteojos, je je.  Pero bueno los inconvenientes de este fondo se dieron desde el principio y no fueron las cuestas, ni las piedras, ni la neblina, ni el agua sobre la cual había que correr... sino lo perfecto del entorno, los animales que recién se prestaban para salir a su día y volaban rápido al sentir cercano mi pasito tum tum, yo la verdad quería estar ahí con mi cámara y retratar a un hermoso macho cabrío blanco, enorme, que salía de entre la neblina y algo me decía, los más de 100 gansos de una granja, las vacas en un loma tranquilas como ellas solas y todas negras como una noche sin luna, un búfalo de agua que se echaba de ver que no tenía par... y todo todo rodeado de verde y cubierto de neblina (ya van a ver las fotos, parecen mal tomadas pero es la neblina en complicidad con la poca definición de mi super celular no inteligente).  Tengo que ser sincera, hoy casi, casi dejo mi fondo y me pongo a hacer turismo rural, pero al final lo logré: disfruté de una zona de Costa Rica espectacular y entrené.



Correr en la montaña no sólo disminuye la probabilidad de una tendinitis y fortalece la musculatura (tendones y ligamentos que rodean al músculo), sino que también establece un nuevo nivel de sincronía con aquello que nos rodea, con aquello de quizás el día a día invisibiliza, de lo que formamos parte indispensable, pues nada sobra y nada falta en el universo.  VAMOS, VAMOS A DES-EMPOLVARNOS.













por supuesto que me puede presionar cada mañana

este blog es una locura conjunta que tiene vida propia desde el 10 de diciembre del 2013, casi todo todo lo que hemos hecho es por sugerenci...