miércoles, 30 de agosto de 2017

Dejar de correr no está en sus planes


“Dejar de correr es como una terrible muerte lenta. Voy a seguir mientras pueda. 
Aunque tuviese una sola pierna, seguiría intentándolo” D. Larkin



Por una ruta de 8k en Sudáfrica al menos 3 veces por semana, una cabellera blanca es mecida por la brisa, unas piernas fuertes marcan el paso de un cuerpo que ya carga 85 años; y es que este setiembre 2017 la británica Deirdre Larkin que vive en Sudáfrica cumplirá 86 años.  En el 2010 fue diagnosticada con osteoporosis y le recomendaron practicar un deporte para contrarrestar la afección;  intentó con el yoga sin resultados y un día –siguiendo el ejemplo de su hijo- se puso las zapatillas de correr y desde entonces va de logro en logro.  Solo en el 2016 corrió 65 carreras varias de ellas de media maratón (2:05:00 es su tiempo en esta distancia).   Su entrenamiento incluye levantarse todos los días a las 5:00, mantener su dieta ausente de azúcar, sal y café, correr 8k 3 veces por semana y su meta es verse con las zapatillas puestas siempre.  Y como vale más una imagen que mil palabras les dejo este video.




Si no puede acceder al video ir a: https://youtu.be/tF0fjuXCMrg


VAMOS VAMOS A DES-EMPOLVARNOS HASTA EL ULTIMO ALIENTO, QUE LA EDAD Y LAS LIMITACIONES SOLO LAS RECREEN LAS OTRAS PERSONAS






sábado, 26 de agosto de 2017

No solo las piernas correrán



Tantas vivencias que una quisiera compartir, y finalmente sabemos que no son relevantes para las demás je je.  Aún así, el último mes he puesto especial interés en entrenar la sonrisa al 100%, eso quiere decir, que cuando hay dolor antes de hacer caritas (muecas) aparece una sonrisa.  La verdad ha sido un duro entrenamiento por un calambre que tengo clavado en uno de los gemelos y una uña que desde que tengo memoria se encarna.  Sin embargo, se que saldré adelante con esta empresa y en octubre mi sonrisa estará fuerte como el cuerpo, la mente y el espíritu, en eso hemos estado trabajando desde el 20 de octubre 2014.  Algo que me ha motivado particularmente son las canciones que personas amigas me recomendaron para cuando hice el camino al “fin del mundo conocido“ Finisterrae, así que estamos a tiempo de grabar más, pues estaré horas en las doradas arenas del desierto: el camino es largo y el paso sabemos que es lento en condiciones menos adversas.  Por ejemplo vean la letra de esta de Patricia Sosa:

“Duro es el camino y se que no es fácil
no se si habrá tiempo para descansar
en esta aventura de amor y coraje
solo hay que cerrar los ojos y echarse a volar“

Genial ¿verdad?, todas las canciones que me han recomendado, en el idioma que estén he asimilado su letra.  Si alguna persona que me lee hasta ahora tiene a bien recomendarme una canción para cuando mi mente esté a punto de decir hasta aquí, solo me lo hace saber en un comentario o a mi correo info@hierbaroma.net.  Siempre agradecida, les dejo la lista que llevamos a los 2 entrenamientos. Y por supuesto, que es una canción que le guste a usted, no tengo problemas con la música y en este momento no hay manera de vaticinar cómo va a reaccionar mi cerebro al esfuerzo, menos aún que lo puede regresar a la lucha. 



VAMOS, VAMOS A DES-EMPOLVARNOS A LLENAR DE NOTAS MUSICALES LOS PASOS EN EL DESIERTO

domingo, 20 de agosto de 2017

5 a 48


¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!  Hoy es el quinto 20 de agosto en que hacemos un alto en el camino, observamos cómo vamos superando la prueba que elegimos y agradecemos a la vida.  Este año sellaremos el 5 aniversario des-empolvándonos con 100k en El Sahara, llegar a la meta de salida ya es un éxito/esfuerzo del cual estoy orgullosa.  Luego de este reto, nos hemos propuesto movernos-a nuestro ritmo y siempre que sea posible en contacto con la naturaleza -hasta el último aliento.  Yo seguiré devorando km en agradecimiento al apoyo que todas me han dado para no encontrar una sola excusa y detenerme, y de corazón tendré presente el sofá del cual me levanté.


 
Foto cortesía: F.Leitón en mi amado Volcán Irazú

 Y ustedes ¿hasta dónde decidieron llegar hoy?
VAMOS VAMOS A DES-EMPOLVARNOS 

jueves, 10 de agosto de 2017

Bitácora entrenamiento 1-8-17


El sol aún no había terminado de levantarse esa mañana y ya yo iba subiendo a la altura del Hospital San Juan de Dios; con una camisa pegada al cuerpo sin mangas, espalda pelada, Ana María dice que sin duda más bien parezco una nadadora. Camisa sin mangas, pantalones negros, tenis azules con perlitas amarillas fosforescentes, un cinturón amarillo en el que suelo llevar agua, suero, una barra energética, mi virgencita, los anteojos y una suéter por si llovía en el camino de unos 25k, que por cierto proyecté hacer en unas 3:30 horas.  El asunto es que a la altura del San Juan de Dios y ya subiendo por el bulevar de la avenida central mi facha contrastaba con las personas que rápidamente iban hacia sus trabajos con abrigo, bufandas y algunas hasta con gorros para protegerse del frío.  Mi mente estaba concentrada en eso de por qué tendrían tanto frío cuando comencé a notar que la gente me miraba. ¡UM! me dije, de seguro me puse mal la camisa, pues me veían fijamente todas las personas con que me topaba y ya llevaba un par de kilómetros.  Si es cierto que antes de dejar el carro en el parqueo tenía como miedo de ir, y que por alguna razón cuando comencé a caminar iba internamente cantando doy dos pasos p‘aralante veinte para atrás, y cada vez que lo decía me reprochaba que no recordaba bien cuántos pasos para atrás dice la canción original, sin embargo, después de 53 años yo –la verdad, verdad- no le presto demasiada atención a lo que mi mente se dedica durante el día, ella es autónoma.  Así que disimuladamente me revisé y acomodé la blusa y el pantalón y seguí adelante, muerta de curiosidad pues las personas indigentes no lograban disimular, ni quitarme los ojos de encima, en particular hubo uno que me pasó a la altura de la tienda La Gloria y cuando iba por el Banco Central –ahí por donde está la gordita- todavía iba caminando mirando hacia atrás, le sostuve la mirada, lo vi de arriba abajo y lo seguí con la vista hasta más allá de la Universal, en todo momento miraba de reojo.  Seguí caminando buscando en mi mente una explicación para que me vieran y lo otro es que normalmente la gente me habla, ya había llegado yo a la Fuente de la Hispanidad y contra todo pronóstico, nadie, nadie me había hablado ¿¿¡¡¡!!!???? No se me quitaba la canción de la cabeza dos pasitos p‘aralante veinte para atrás y sentía los pies, los dedos de los pies cómo los sentía. Llegando a La Galera ví las cámaras de TV, me oculté atrás de una madre y una hija que iban amenamente hablando, con tan mal cálculo que la joven se quitó rápidamente y me dejó expuesta, di una carrerita en la misma dirección que ella y le dije: ¡Idiay! Yo me escondí detrás de ustedes.  Y ella se retiró de mi lado rápidamente y se fue a buscar a su mamá.  ¡UM! le dije a mi interior y seguí pues todavía estaba a unos 18k de mi destino y cómo sentía los pies, los dedos de los pies.  De este punto hasta el parque de Tres Ríos se me hace eterno, no importa cuántas veces vaya ni con qué frecuencia.  Seguí adelante me pitaron múltiples choferes de bus, me ignoraron o se hicieron a un lado más cantidad de romeros, y antes de llegar a Tres Ríos pasé al baño a revisarme detalladamente si andaba fuera algo inadecuado.  En el baño tuve que hacer fila y las personas que estaban adelante no dejaron de moverse, como para no perder el ritmo, recuerdo que mi mente se distrajo de la canción: ¿para qué se tienen que mover si vienen caminando y no llevan ni 5k? Y, ya cuando entraron ¿cómo harán para moverse y hacer su necesidad? ¿????.  Y me tocó a mi, recuerdo que se me hizo interminable el tiempo, no lograba subir mis pantalones, y no recordaba si había verificado si la blusa estaba bien puesta. Y sentía los dedos de los pies, cómo los sentía. Para ese momento noté que los dedos de las manos se veían hinchados, pero me dije que era mi imaginación pues a mi ya no se me hinchan los dedos.  Ja ja recuerdo que sonreí fue como el karma de haberme burlado un poco de las que estaban adelante sin dejar de moverse.  Seguí el camino en silencio, ignorada y evitada.  Excepto por una señora que justo a 4k de la Basílica me dijo: “todavía faltan 4k ¿cómo esperan que llegue?“ “¡ah! pero ya casi llega de aquí no falta nada“ “pero si me quedo hablando con usted no voy a llegar nunca y la gente con la que venía la deje pérdida hace horas“ subió el ritmo y pronto bajando del Ochomogo solo logré divisar la larga caña con que iba ayudando a su rápido paso.  No había terminado de pasar Taras, cuando para variar un niño captó toda mi atención: simplemente tomo con sus dos pequeñas manos los cachetes de una señora que iba con él y mirándola fija y seriamente a los ojos le preguntó: “tía tíita, ¿usted ha vivido toda su vida en el mismo planeta?“ No hay nadie en su sano juicio que no se detenga ante semejante cuestionamiento, sin embargo, ni mi generación ni la que le sigue tiene suficientes integrantes con capacidad de responder a la altura semejante cuestionamiento, así que me fui negando con mi cabeza ante la reacción de todos alrededor de ese pequeño que me llevo a una tarde la semana anterior, que estaba en el super, buscando algo que no encontrábamos mi mami y yo, cuando en la sección de lácteos un pequeño cantaba junto a su mamá “estrellita cómo estas“ y el pequeño le reclamaba a su mamá que cantaba demasiado bajo, que cantara como en la casa para que todos se contagiaran … luego de un par de insistencias la mamá cedió y cantaron a viva voz hasta que el pequeño le dijo llorando: álceme, álceme, a lo que la madre le preguntó: ¿qué te duele, qué te duele? Y él entre lágrimas (reales) y tocando su pecho respondió: “el alma me duele el alma“.  Sin duda el resto del día mis pensamientos estuvieron rondando el que quizás al fin ya está en marcha la generación a la que le es irrelevante “comerse el mundo“, porque ya son mundo. Regresando al atípico entrenamiento, tomé el bus de regreso, pagué con un billete de ¢10.000 y el chofer me dijo que no había problema, solo que me dio un billete de ¢2.000 que no me gustó y le pedí que me lo cambiara, entonces me dio moneditas, que tuve que distribuir en las dos bolsas del pantalón de la cantidad que eran.  Con ellas caminé de regreso por la avenida central hasta el final del Paseo Colón donde había dejado mi carro.  Así que al menos de regreso asumí que me volvían a ver porque sonaba como un chilindrín pues las bolsas del pantalón están a la altura de la rodilla.  Seguía sintiendo los pies pesados, sentía los dedos cada dedo y no podía creer que había tardado 5:37 horas, más de 2 horas de lo estimado.  De camino a la caja saltó a mi cabeza la pregunta: ¿cómo voy a ir al desierto con este rendimiento, no voy a terminar ni en una semana la carrera?. Y todo se puso en modo lentísimo, me pareció que la señora tardaba más que yo sacando la cuenta, la verdad le entendí ¢7.700 le dí ¢10.000, y cuando me fue a dar el vuelto se tapó la boca con el dedo índice, indicándome: quédese callada –¡UM!- no es bueno decirme que cese mis palabras, sin embargo, como me dio ¢5.000 se me ocurrió que me había dejado de dar ¢300. Solo que como yo tengo debilidad a la hora de sacar algunas cuentas no tenía cabeza para reclamar y ella volvió a indicarme que me quedara callada, la persona de atrás con un gesto me dejó ver que ya era mucho tiempo.  Entonces me fui viendo contra el sol el billete de ¢5.000 para determinar si era o no falso, hasta que reconocí que no tenía idea cómo saber si era falso o no.  Así que me fui para mi casa.  Todavía con la canción -dos pasitos p‘aralante veinte para atrás y sentía los pies, los dedos de los pies cómo los sentía- en la cabeza.  Casi no me pude quitar los zapatos, me acosté y como a las 4 horas un poco más en mis cabales, y viendo mis pies hinchados como hace 5 años no estaban, recordé que esa mañana muy foforona había decidido probar una crema antri-rozamiento que amablemente una buena amiga me compro y me envió. Y cómo la probé, me puse en toda la planta del pie, el talón, el empeine y cada dedito pues como era mi cuarto día de romería si la crema servía estaba segura que no tendría una sola ampolla.  ¡ERGO! Mi romería del 1 de agosto –ingenuamente- la hice drogada, completamente drogada y por la reacción de las demás a mi alrededor era mega evidente. Ja ja descuido de una de des-empolvada que en lo que va de este siglo tiene claro que debe probar todo, todo lo que consume, se pone y huele.

VAMOS, VAMOS A DES-EMPOLVARNOS SIN EXCUSAS



 

miércoles, 9 de agosto de 2017

10 mandamientos del entrenamiento


Alberto Salazar: 10 mandamientos del entrenamiento





Sé consistente
Hazte un plan de entrenamiento a largo plazo. Si puedes correr cuatro días a la semana cada semana, vas a obtener el 90% de los beneficios de la preparación de siete días a la semana.

Recupérate de verdad
El día después de un entrenamiento duro lo más que puedes hacer es un rodaje muy suave, caminar o algo de bicicleta. Después de un gran esfuerzo hay que recuperarse, sin excepciones.

Incrementa el kilometraje gradualmente
No importa lo bien que te sientas, no incrementes tu kilometraje mensual más de un 10% con respecto al anterior. O de lo contrario sufrirás el riesgo de sobre entrenamiento.

Corre por superficies blandas
El 90% del entrenamiento de mis atletas van por superficies blandas, hierba, bosque, caminos de tierra, para evitar la sobrecarga del asfalto y las superficies duras. Tus tendones, ligamentos y músculos lo agradecerán.

Corre más rápido
Para correr más rápido en competición es imprescindible el entrenamiento de series cortas, lo que la élite llama “trabajar la velocidad”.

Trabaja todo tu cuerpo
Los buenos corredores mantienen el tono en todo su cuerpo. No se corre solo con las piernas, los brazos son la guía.
Mantén una buena condición física también en la zona media (abdominales y lumbares).

Cálzate unas buenas zapatillas
La segunda causa de las lesiones después del sobre entrenamiento y las superficies duras son las pronaciones por causa del calzado inestable. Cuanto más corres, más necesitas cuidar tus pisadas.

Perfecciona tu estilo
Cada zancada es importante. Si tus brazos se cruzan por delante, estás perdiendo fuerza. Debes procurar que la posición del tronco sea vertical y la pisada recta.

Afronta tus dudas
En algún momento vas a tener que exigirte para superarte, vas a entrar en la zona gris del dolor y vas a dudar de ti mismo. Tira hacia delante y nunca pienses que eres mentalmente débil.

Abraza las nuevas tecnologías
Si no sabes muy bien lo que estás haciendo, no vas a correr bien y vas a lesionarte.
A través de Internet, GPS, teléfonos inteligentes o hasta con el iPod puedes estar conectado con tu entrenador, incluso mientras estás corriendo!
Puedes también monitorizar tu ritmo cardiaco. Utiliza toda la tecnología que tengas a tu alcance.




por supuesto que me puede presionar cada mañana

este blog es una locura conjunta que tiene vida propia desde el 10 de diciembre del 2013, casi todo todo lo que hemos hecho es por sugerenci...