Me despierto consciente pero
realmente confusa, reconozco la ventana redonda del cuarto, las zapatillas con
las que salgo a des-empolvarme, el frasco con semillas de vainica que dejé a mi
lado para sembrar a primera hora... repaso el lugar y las cosas unas 3 ó 4
veces; pero ese hombre oriental con aire de maestro Zen, tiene mi sensibilidad/coherencia
para reconocer el sitio en el que estoy, el corazón se acelera poco a poco
hasta hacer cambiar mi respiración, pues tengo claro que mi vuelo era el 19 y
ya ese día pasó. ¿A dónde voy a regresar si todo a mi alrededor me es conocido?,
¿Por qué si lo reconozco persiste la duda de si estoy en casa o no? ¿Cómo se
regresa si no se sabe dónde está una? ¿Es el hogar un lugar o un estado? El
señor oriental me dijo, mientras apretaba/mostraba su puño: no es tiempo de detenerse, lo que sabes que
falta debes moverte para volver a tenerlo.
Mi sueño del amanecer del 21 enero 2016.
Así en frío, se me ocurre que el mensaje para hoy es el mismo de siempre:
NO ES SUFICIENTE ESPERAR LO MEJOR, EL PORVENIR DEBE ENCONTRARNOS EN EL EJERCICIO CONSCIENTE/EXIGENTE DE BUSCARLO. VAMOS, VAMOS A DES-EMPOLVARNOS/FORJAR LA VOLUNTAD HASTA EL ULTIMO ALIENTO
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¡gracias por su comentario! pronto lo estaré publicando. este paso previo es solamente para evitar que en este blog se publiquen groserías innecesarias, podemos no coincidir, sin embargo, evito el insulto como recurso.