Es la segunda vez
en lo que va del año que corro con y como el viento y mi reloj se queda
paralizado en los mismos tiempos que ya conocemos. Mi primera reacción fue asombro, hoy me quedé perpleja ¿será
que se descompuso? Es imposible que no marque mi mejoría, si yo la siento inundándome,
rebalsándose. Estoy energizada, como aquel compañero joven (20) que siempre me
decía que le gustaba entrenar en la mañana porque pasaba todo el día lleno de
energía –no se si lo recuerdan ingresamos juntos al grupo solo que él no siguió-
en aquellos días yo nunca podía hacer el entrenamiento completo y casi siempre
llegaba a la casa y quedaba literalmente “muerta“ más de 4 horas. Hoy lo recordé pues entendí
perfecto lo que me decía. ¡QUE
RICO VERDAD! la luz viene de adentro para
afuera, aún un pequeño paso todos los días, sin duda nos llevará a donde nos
propusimos, y sin duda hay un momento íntimo, antes que los demás y la
tecnología lo perciban, en que sabemos que es tiempo de cosecha, tiempo de ver
lo que sembramos y cuidamos. Así que –como estamos en un proceso de progreso-
le daré a mi reloj la oportunidad de salir de su zona de confort y que sea
testigo de lo que parece será un año de avance integral para esta
des-empolvada. Y no me mal
entiendan, hay mucho que hacer –en realidad mi reloj no se equivoca- pero la
fortaleza interna ya dijo presente y está tomando el control. Así que no aflojen, sigan forjando la
voluntad en todo aquello que les apasiona.
VAMOS, VAMOS A DES-EMPOLVARNOS SIN
DETENERNOS HASTA DONDE EL VIENTO RETORNA COMO SI CORRER FUERA NUESTRO ESTADO
NATURAL
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¡gracias por su comentario! pronto lo estaré publicando. este paso previo es solamente para evitar que en este blog se publiquen groserías innecesarias, podemos no coincidir, sin embargo, evito el insulto como recurso.